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viernes, 12 de diciembre de 2014


                       Olor a dulce e´lechoza...Aquella Navidad


Aquellos días de Navidad,donde se confundían los aromas en mi casa paterna.Hoy 11 de Diciembre comenzaban los preparativos y se aceleraba el movimiento de todos en casa; "Anhelo" mantenía siempre sus puertas sin llave,por donde siempre venia la buena gente de la ciudad. Los infaltables amigos.
     Napoleon Torres, siempre impecable,siempre perfumado, era quien habria la caravana de abrazos,y arribaba tempranito: "hola viejita" le decía siempre a mi abuelita Gula,quien desde las 7 de la mañana estaba en pie,con su pasito trotero ayudado por su andadera recorría del cuarto a la cocina repartiendo bendiciones. Papá salia al rato del estudio donde ilusionado,daba sus toques quirúrgicos a sus poemas, esos que hicieron menos dolorosa los años que pasaban y la perdida de sus cosas queridas.
Pero como siempre "fueteaba" al sentimiento del decaimiento, su anciano rostro marcaba una sonrisa  y saludaba a su eterno "compadrito" y tras la pregunta: quiere un güisquisito?" Comenzaba la tertulia de aquellos gigantes para mi.
     Ya el olor a guiso se colaba por la sala,bellamente decorada por mi madrecita Camelia;el centro de mesa bien planchado,centrado magistralmente en aquella gran mesa del comedor,el árbol aquel que nunca cambiamos,que desempolvábamos anualmente,luminoso mantenía  luces eternas que jamas se quemaban,o al menos eso creía yo, y al fondo,cerca de televisor Sony Trinitron sin control (el regulado), estaba el sempiterno Nacimiento, con esas hermosas figuras que alguna vez fueron realizadas por ella,por mi reina Madre.
     Como marco a todo esto descrito, al fondo ya se escucha: "yo le voy a pedir al negrito que me toque una gaita con ganas..." en la voz de Astolfo Romero,y mis hermanos allí junto al "tres en uno",copiaban las letras porque esa era la pieza que montarían en la tarde. Fraternidad pura,tiempos que no olvido.

De repente mi papá me dice: "manito,vaya al cuarto y me trae el teléfono inalámbrico para llamar al Dr Montes, Elias Inaty,Ramón y Jhony Kobritz, para que vengan a ver el ensayo de ustedes esta noche,ah! y me tres una bolsa de hielo" ...yo obedezco como si fuera Dios mismo quien me lo mandaba,ah ! cuanto amé a ese gigante de mi padre!
Dios cuanto adoré esos días,esos encuentros con los hermanos que venían de sus estudios en Caracas,cuanta nostalgia de aquellos días mezclados con el olor a majarete recién hecho por La Gula y hallacas recién elaboradas por las manos hermosas de las cuñadas o novias que venían a ayudar a Mama y a Doña Rosa,la señora que ayudaba en casa, mientras que Julian siempre atento a la casa,se ocupaba de mantener todo limpio y ordenado.
Fueron muchos los años felices a su lado,aunque siempre fui callado,en mi corazón, quedaron grabadas. 

     Ahora soy yo quien repite la tradición,y es mi esposa Olyana y mi hijo Samuel Humberto,quienes hacen mi marco navideño.Una extraña Navidad que trato de alegrar,nos esforzamos por adornar nuestra casita y ahora también nuestro consultorio,una obra gigantesca para ambos bendecida por un Dios muy generoso, y mirando hacia el horizonte de este mar infinito digo:  SOY AFORTUNADO,sobre todo viviendo dentro de este...como calificarlo: ¿Error? ¿Castigo? Qué se yo! Si lo tenemos debe ser que lo merecíamos; aun recuerdo a Don Arturo Uslar Pietri, quien decía: "de llegar a bajar el petroleo a un precio muy bajo,este país tendría en cada esquina una sede de la Cruz Roja Internacional,repartiendo bolsas de comida,porque este país y ninguno de sus dirigentes tiene un proyecto autosustentable".
Cuanta verdad en sus palabras,pero en aquel tiempo todo estaba bien,había mucha plata,"somos un país rico",se decía hasta el cansancio, sin embargo,el lobo llego y se esta comiendo las ovejas.

     Son tiempos muy difíciles para todos,todo el odio de un solo hombre: Hugo Chavez Frias (+) se sembró en el corazón de todos y ya no confiamos en nadie.
Yo soy Venezolano, no me concibo viviendo en otro lugar,yo crecí con la música de Los Cardenales de Éxito;escuche hasta el cansancio y se metió en mi sangre la voz de Ricardo Cepeda recordando al Aguirre,su homónimo,aquel novio eterno de la Chinita; el niño Jesús siempre existió para mi,y siempre me cumplió;mis valores humanos fueron moldeados cívicamente por Renny Ottolina y aprendí a "gaitear" con El Gran Alambique, el grupo de los hermanos y amigos de los Cestari. 
Yo no concibo otro río que no sea El Orinoco que me vio nacer en mi natal terruño: Ciudad Bolívar,no me gusta otro llano diferente de aquel desde donde vienen mis raíces en San Fernando de Apure y tampoco  puedo negar que no hay mar mas hermoso que El Caribe,allí frente a mi ventana en la Isla de Margarita, que me aceptó y adoptó.
Por eso este sabor a gaita buena,a olor navideño,a pesar de las tristezas,aun me permiten escribir cosas con éstas,a pesar de que se, que aun falta muchas mas cosas tristes que ver y oir en este venidero 2015.   

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