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viernes, 12 de diciembre de 2014


                       Olor a dulce e´lechoza...Aquella Navidad


Aquellos días de Navidad,donde se confundían los aromas en mi casa paterna.Hoy 11 de Diciembre comenzaban los preparativos y se aceleraba el movimiento de todos en casa; "Anhelo" mantenía siempre sus puertas sin llave,por donde siempre venia la buena gente de la ciudad. Los infaltables amigos.
     Napoleon Torres, siempre impecable,siempre perfumado, era quien habria la caravana de abrazos,y arribaba tempranito: "hola viejita" le decía siempre a mi abuelita Gula,quien desde las 7 de la mañana estaba en pie,con su pasito trotero ayudado por su andadera recorría del cuarto a la cocina repartiendo bendiciones. Papá salia al rato del estudio donde ilusionado,daba sus toques quirúrgicos a sus poemas, esos que hicieron menos dolorosa los años que pasaban y la perdida de sus cosas queridas.
Pero como siempre "fueteaba" al sentimiento del decaimiento, su anciano rostro marcaba una sonrisa  y saludaba a su eterno "compadrito" y tras la pregunta: quiere un güisquisito?" Comenzaba la tertulia de aquellos gigantes para mi.
     Ya el olor a guiso se colaba por la sala,bellamente decorada por mi madrecita Camelia;el centro de mesa bien planchado,centrado magistralmente en aquella gran mesa del comedor,el árbol aquel que nunca cambiamos,que desempolvábamos anualmente,luminoso mantenía  luces eternas que jamas se quemaban,o al menos eso creía yo, y al fondo,cerca de televisor Sony Trinitron sin control (el regulado), estaba el sempiterno Nacimiento, con esas hermosas figuras que alguna vez fueron realizadas por ella,por mi reina Madre.
     Como marco a todo esto descrito, al fondo ya se escucha: "yo le voy a pedir al negrito que me toque una gaita con ganas..." en la voz de Astolfo Romero,y mis hermanos allí junto al "tres en uno",copiaban las letras porque esa era la pieza que montarían en la tarde. Fraternidad pura,tiempos que no olvido.

De repente mi papá me dice: "manito,vaya al cuarto y me trae el teléfono inalámbrico para llamar al Dr Montes, Elias Inaty,Ramón y Jhony Kobritz, para que vengan a ver el ensayo de ustedes esta noche,ah! y me tres una bolsa de hielo" ...yo obedezco como si fuera Dios mismo quien me lo mandaba,ah ! cuanto amé a ese gigante de mi padre!
Dios cuanto adoré esos días,esos encuentros con los hermanos que venían de sus estudios en Caracas,cuanta nostalgia de aquellos días mezclados con el olor a majarete recién hecho por La Gula y hallacas recién elaboradas por las manos hermosas de las cuñadas o novias que venían a ayudar a Mama y a Doña Rosa,la señora que ayudaba en casa, mientras que Julian siempre atento a la casa,se ocupaba de mantener todo limpio y ordenado.
Fueron muchos los años felices a su lado,aunque siempre fui callado,en mi corazón, quedaron grabadas. 

     Ahora soy yo quien repite la tradición,y es mi esposa Olyana y mi hijo Samuel Humberto,quienes hacen mi marco navideño.Una extraña Navidad que trato de alegrar,nos esforzamos por adornar nuestra casita y ahora también nuestro consultorio,una obra gigantesca para ambos bendecida por un Dios muy generoso, y mirando hacia el horizonte de este mar infinito digo:  SOY AFORTUNADO,sobre todo viviendo dentro de este...como calificarlo: ¿Error? ¿Castigo? Qué se yo! Si lo tenemos debe ser que lo merecíamos; aun recuerdo a Don Arturo Uslar Pietri, quien decía: "de llegar a bajar el petroleo a un precio muy bajo,este país tendría en cada esquina una sede de la Cruz Roja Internacional,repartiendo bolsas de comida,porque este país y ninguno de sus dirigentes tiene un proyecto autosustentable".
Cuanta verdad en sus palabras,pero en aquel tiempo todo estaba bien,había mucha plata,"somos un país rico",se decía hasta el cansancio, sin embargo,el lobo llego y se esta comiendo las ovejas.

     Son tiempos muy difíciles para todos,todo el odio de un solo hombre: Hugo Chavez Frias (+) se sembró en el corazón de todos y ya no confiamos en nadie.
Yo soy Venezolano, no me concibo viviendo en otro lugar,yo crecí con la música de Los Cardenales de Éxito;escuche hasta el cansancio y se metió en mi sangre la voz de Ricardo Cepeda recordando al Aguirre,su homónimo,aquel novio eterno de la Chinita; el niño Jesús siempre existió para mi,y siempre me cumplió;mis valores humanos fueron moldeados cívicamente por Renny Ottolina y aprendí a "gaitear" con El Gran Alambique, el grupo de los hermanos y amigos de los Cestari. 
Yo no concibo otro río que no sea El Orinoco que me vio nacer en mi natal terruño: Ciudad Bolívar,no me gusta otro llano diferente de aquel desde donde vienen mis raíces en San Fernando de Apure y tampoco  puedo negar que no hay mar mas hermoso que El Caribe,allí frente a mi ventana en la Isla de Margarita, que me aceptó y adoptó.
Por eso este sabor a gaita buena,a olor navideño,a pesar de las tristezas,aun me permiten escribir cosas con éstas,a pesar de que se, que aun falta muchas mas cosas tristes que ver y oir en este venidero 2015.   

jueves, 8 de mayo de 2014

Venezuela una historia terrible de 15 años



La discusión abierta por Fernando Mires en su artículo “Venezuela: no habrá salida sin la MUD” (verhttp://prodavinci.com/2014/05/02/actualidad/venezuela-no-habra-salida-sin-la-mud-por-fernando-mires/) es a mi juicio muy interesante y hay que darla porque de sus conclusiones podría encontrarse el futuro real de la oposición política en Venezuela, así como el rumbo que terminará teniendo el país a los embates comunistas del régimen. Ni el Profesor Mires ni nadie, por más calificado que sea, tiene la verdad final en relación a esto.

Los partidos que componen la MUD, quienes han detentado la franquicia que agrupa al no-chavismo del país, son la representación del “status quo” opositor sobreviviente a la explosión nuclear política del chavismo que tuvo su clímax en 1998, como aquellos insectos que no se extinguen en la zona de devastación del radio de una bomba nuclear y que buscan de alguna manera seguir viviendo pese a las circunstancias ambientales más adversas.

Cualquiera que haya vivido la época final del sistema de partidos que vio nacer a esto que llaman “revolución bolivariana”, no pagaba ni un medio de aquel tiempo- y menos aún un bolívar fuerte de estos tiempos de hiper devaluación-, por la supervivencia de esos insectos. Pero sobrevivieron. Aun cuando los principales partidos fueron destruidos por su propia dirigencia (el caso de Copei es de librito), lo que en realidad pesó para que el pueblo venezolano les quitara su confianza fue lo que le hizo ganar las elecciones a un comunista camuflado de militar nacionalista. Pero eso es historia.

¿Cómo logran sobrevivir en medio de la radiación unos insectos que estaban condenados a muerte? La madeja de corrupción creada en 40 años de democracia fue el sustrato sobre el que se nutrieron. Como ya no tenían el gobierno y las conexiones que eso da, ofrecieron sus servicios a los nuevos inquilinos del gobierno quienes por primera vez ya no comerían de las sobras sino del propio plato de la renta nacional, creándose unas alianzas contra natura que aún existen. Gente que nunca había gobernado ni conocido los resortes del poder, ni los circuitos para hacer fortunas ni resguardarlas, recibieron clases particulares de quienes si lo sabían hacer a cambio de un precio: la oportunidad de sobrevivir.

Sin embargo, la dinámica de la política venezolana es azarosa. Chávez aun habiéndonos engañado con una Constituyente en 1999 que no dio ninguna respuesta a la crisis que lo llevó al poder, no tenía ni la más prístina idea de cómo gobernar un país, y su gobierno empezó a hacer aguas en los primeros años del nuevo siglo. Intenta gobernar por decreto y por primera vez la oposición vio una oportunidad de regresar.

Y así nació la Coordinadora Democrática. Los partidos que no tenían suficiente fuerza ni credibilidad para sostenerse recurren por primera vez a lo que ahora es el sonido de una voz que ahora es parte de nuestra cultura: la Sociedad Civil. La Sociedad Civil fue la fuerza detrás de la Coordinadora Democrática. Los partidos aun seguían sin valer medio partido por la mitad. Las concentraciones, marchas, y cuanta vaina se hizo por esos años fue organizada por los sindicatos y trabajadores, empresas, ONGs, pueblo en la calle. Por primera vez durante esta tragedia los venezolanos en la oposición nos organizamos juntos.

Lo que pasa es que los venezolanos tenemos memoria corta. Pero algunos se aprovechan de eso. Y a los partidos políticos no les gusta que otros les marquen la agenda. Eran los partidos políticos, quienes sin tener la gente, decidían lo que se hacía en esa nueva instancia política. Con muchísima amargura vimos llegar el 15 de agosto de 2004 cuando se materializó la entrega de ese Revocatorio luego del sacrificio-incluso de algunas vidas-, de cientos de personas de las manos de estos partidos que de acuerdo a quienes defienden a la MUD si “sabían” lo que había que hacer.

Esa es la experiencia de la Sociedad Civil con quienes ahora se arrogan nuestra representación opositora, luego que se reunieron de nuevo después de ese “fracaso”, que algunos llamamos el primer fraude del régimen. Esa fue la consolidación del matrimonio que luego se materializó con la creación de la MUD como la oposición que el régimen se fabricó para ganar y ganar elecciones, por supuesto con nosotros ahora fuera del escenario.

Ahora bien, si existe ese matrimonio desde 2004 cuando la oposición entrega el revocatorio, conjuntamente con la Mesa de Negociación y Acuerdos y la bendición de Jimmy Carter y su Centro, ¿creen ustedes que esta gente de la MUD se encuentre de verdad del lado de los venezolanos? Esa historia de negociados conjuntos se remonta a mucho antes del 2004 desde cuando el gobierno les dio de comer para que no murieran después de la bomba nuclear.

Entonces lo que tenemos aquí no es una oposición sino al mismo gobierno pero actuando por otras vías. Y nosotros como unos pendejos tragándonos ese cuento que desean salir del régimen. Ese negociado debe haber crecido a tal punto punto de ser mejor para ellos estar en la oposición que en el gobierno porque están en el negocio sin correr con las consecuencias de una gestión.

Pero ahora veamos el análisis aséptico de Mires en ese contexto que él no toca. Por un lado se empieza a entender el porqué dos jóvenes lideres que estaban comprando kerosén cuando esta gente de la MUD estaba mandando (y sigue haciéndolo con el régimen), y que llaman a un rompimiento con lo de antes y con lo de ahora buscando una salida. Se empieza a entender porque unos estudiantes que no habían nacido en 1998 cuando esta tragedia empezó no ven posible a seguir viviendo en este país. No que la MUD no los entienda o ellos no entiendan a la MUD, es porque la tal MUD ¡es el mismo gobierno con diferente cachimbo!

Resulta que según la interpretación de Mires “un sector opositor cuyo acceso a la prensa es inversamente proporcional a su peso político real” tiene sometida a la MUD a “una crítica implacable”. ¿Un sector opositor? ¡Es toda una sociedad civil que aun no sale de su asombro al ver perder y perder elecciones sin una razón valedera y todavía la mandan a bailar salsa cuando la MUD debía estar cobrándolas! No sé a qué prensa se referirá el profesor Mires porque en Venezuela hace mucho que no existe. Lo que si existe es la expresión de unos “Guerreros del teclado” (ver nota del mismo nombre enhttp://ticsddhh.blogspot.com/2014/04/guerreros-del-teclado.html) que no les damos cuartel por colaboracionistas.

Finalmente le concedo a Mires que muchos si sufrimos de esas visiones apocalípticas de las que habla en la Venezuela de hoy. En efecto, me confieso creyente de otro venezolano que en el Monte Sacro tuvo también esas visiones de una Venezuela libre de un yugo extranjero, jurando por el Dios de sus padres, nuestro Dios, de no dar descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta conseguir la libertad. En estos tiempos muchos la soñamos de nuevo no solo libre de los ladrones del pasado y del presente, sino de los invasores que llegaron y se apropiaron de ella sin disparar un tiro, con la ayuda de algunos traidores que nos han engañado fingiéndose opositores.

Ese venezolano si vio cumplidas esas visiones, no solo para Venezuela sino para 4 naciones más, con lo cual al parecer estas no “ocurren solo en películas de muy mala calidad”, sino en la vida real en donde los protagonistas verdaderos, no los delincuentes que se han apropiado de su rol, luchan y las hacen realidad.

martes, 18 de marzo de 2014

Mi alma destrozada es una lagrima Leonardo Padron

Voy a transcribir mi sentimiento mas puro, ahorita cuando mi alma ya no soportó mas,y se quebró al leer el articulo de Leonardo Padron, hoy 18 de Marzo del 2014,y es que día a día tengo que hacerme la coraza fuerte, porque debo ir a mi trabajo publico en el Ipasme, que paso de ser una bendición a una pesada obligación en estos últimos 15 desastroso años, no ha sido fácil, debo guardas mis lagrimas para que mi esposa Olyana no me vea, debo encerrar mi rabia y descontento,para que Samuel Humberto que ahorita tiene un año, no me vea así y yo pueda jugar con el; no es nada fácil estirar las 4 lochas para buscar lo que poco se consigue y me angustia la idea de que prontico, en cuestión de días ya no habrá que comprar, todo eso se me mezcla con mi empatia con quienes son mis hermanos venezolanos, cada historia, cada twit,cada imagen,me retumba en el cerebro y me turba mi sueño, y me da arrechera que un mediocre tipo llamado Nicolas Maduro, quien se dice ser el presidente de la república, duerma como un niño, HIJO DE PUTA!!!! y la fe se me desdibuja como un Dali moribundo,y temo convertirme en un kamikaze que de tener la oportunidad me inmolaría por el país a fin de acabar de un carajazo con esta pesadilla, en fin, les dejo esta descarga afectiva a un lado y transcribo entonces lo que Leonardo Padron escribió este domingo pasado:

La sangre de las espinas, por Leonardo Padrón


La sangre de las espinas, por Leonardo Padrón 6402
 
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Fotografía de Carlos Eduardo Ramírez (Reuters)
“Me arrastran, me arrastran a donde no sé ir”, dijo alguna vez André Breton y hoy me detengo en el escalofrío de ese verso. Así parece andar el país entero. Confieso que nunca me imaginé viviendo un Siglo XXI tan primitivo, no en esta parcela del mundo donde respiro y envejezco. Nos ha tocado, a los venezolanos, toparnos de bruces con nuestras propias miserias. Alguien dejó abierto el viejo galpón de los escrúpulos y ya no queda ninguno. En realidad, hoy ni siquiera somos la sospecha de lo que creímos ser.
***
Todos conocen el mal humor de las espinas. Siempre están de a toque. Incesantes en su hostilidad.  Hoy todos somos espinas.
Se ha vuelto una exageración dar los buenos días. El reloj sólo indica que la confusión no para. La masacre en desarrollo nos desvalijó la sonrisa. Son pocos los que tienen talante para el sueño. Las noches son jornadas de pánico que se van moviendo de municipio en municipio, como un mal premio de la lotería. Rayando la medianoche, las redes sociales expulsan gritos de auxilio. Pero no hay quien salve, pues es justamente la autoridad quien ha salido a dispensar balas y miedo. En la penumbra, ensaya su puntería, drena su rencor. El poder viste el uniforme de los bárbaros.
 ***
El mal humor que hoy nos define se agravó cuando Christiane Amanpour, la reputada periodista de CNN Internacional, entrevistó a Nicolás Maduro, presidente de esta convulsión, y le asomó una pregunta de pertinencia doméstica y nacional. “¿Cómo duerme usted, señor presidente?”. El asomó una carcajada y decidió convencernos de que dormía como un bebé. La respuesta quedó rebotando en los oídos de los venezolanos como un agravio mayor. Venezuela es hoy noticia mundial por la crisis que vive, por la lista de muertes que oscurece a tantos apellidos, por el dolor que hay en cada zanja de los heridos. Venezuela huele a caucho en llamas, a bomba lacrimógena, a asfalto en protesta, a mercados vacíos, a hospitales sin insumos, a formol y morgue, a inflación extrema, a infiltrados y colectivos. Confieso que si yo fuera presidente, supuesto negado tajantemente, no podría pegar un ojo desde hace meses. Sin importar de quién fuera la culpa del descalabro. Pero sucede que Maduro sentencia con voz iracunda que hay un golpe de estado en proceso, una conflagración internacional para derrocarlo, un enjambre de disociados que no le da tregua, y él igual duerme como un bebé, luego de ver un video de Jimmy Hendrix en concierto, como agregó en estos días.
Hay que ser muy cínico para tamaña respuesta. O un mitómano consumado. Quizás Maduro habrá pensado que confesar poco sueño sería revelar su zozobra. “El hombre anda mal. No duerme. Sabe que le quedan horas”, se apurarían en redactar  los sociólogos del optimismo irresponsable. La frase la convertirían en fiesta aquellos que abrigan la expectativa de un desenlace temprano. Quizás fue mera estrategia política. Pero creo que, para todos, hubiera sido más sano oír a un hombre genuinamente preocupado por los agobios de su país. Hubiera sonado decente escuchar a Maduro decirle a la periodista que el día que murió Geraldine Moreno no durmió de puro abatimiento. Que la bala que descerrajó el pecho de Daniel Tinoco lo entristeció severamente.  Que cada una de las muertes que van –sin preguntar el color de sus ideologías– le arrancaron las almohadas de la cabeza. Que así como lo encrespa que los guarimberos dañen estructuras públicas –que, sí, son de todos– también lo desencaja saber a tanta gente intoxicada en su casa por el humo y el horror. Algo así lo hubiera hecho más humano, menos indigno. Quizás entonces su retórica sobre “la patria grande” hubiera tenido un pellizco de verosimilitud.
“Prohíbete toda escapada a la miseria del mundo”, insiste André Breton.
***
La normalidad se ha convertido en algo excepcional. “Necesito escuchar música sin sentirme culpable por ello”, confesaba alguien en Twitter en estos días. Una escritora lo decía en minúsculas: “¿Te acuerdas cuando escribíamos poesía?”. “¿Desde cuándo no vas al cine?”, se preguntaban dos amigos. El teatro hace gestos desesperados para que volvamos a sus butacas. La prensa está desapareciendo, pero el caos oculta su poco oxígeno. En la televisión el rating lo gana el miedo y los noticieros aprenden a callar. Mis hijos estuvieron a punto de olvidar el nombre de sus maestras. Se bebe sin alborozo. Las rutinas fueron desbancadas hasta nuevo aviso. El país es un largo mercurio retrógrado. Valdría la pena preguntarse cuánto ha mermado la lujuria en esta cólera llamada Venezuela. ¿Acaso hay chance para la seducción, el cortejo, la licencia de las caricias? Se habla de una soledad pasmosa en los hoteles del sexo. La política suda un fuerte olor a farándula. Los derechos humanos se convirtieron en una flor exótica. Alguien desaparece con la goma de un lápiz la palabra estadista.  ¿Cuál es hoy el deber: el país o la vida? “Son la misma cosa”, grita un peatón mientras a un vecino se lo lleva secuestrado el Sebin. A partir de entonces se sospecha de cualquiera como futuro delator. Dos bolsas de mercado ruedan por el piso.
Todo se ha salido de control.
Es mucha la vida que nos ha robado este monumental desatino llamado revolución.
***
Uno se pregunta cuál será el pensamiento del policía que vuelve a su casa agotado de golpear estudiantes. “¿Cómo fue tu día?”, le preguntará la esposa. “¿Cuántos ladrones atrapaste hoy?”, lo inquirirán sus hijos al borde de un arroz con carne guisada. Y él intentará sacudirse el olor a plaza y descontento, el perfume lacrimógeno de la protesta, el mechón de cabello de la estudiante de ingeniería que le escupió flores y rabia al unísono. ¿Qué respuestas tendrá ese hombre de uniforme?
***
Uno se pregunta si es justo que el dolor de un padre cuyo único hijo fue masacrado por reclamar un mejor país sea superado en atención por la quejumbre en cadena nacional de un artista que fue caceroleado por el encono de quienes lo adversan. Aquel joven no marchará más nunca, ni probará una arepa, no rozará un estadio de beisbol, no podrá enamorarse en una playa, ni graduarse de nada. Solo de muerte. El artista –en cambio– seguirá su vida, con un mal recuerdo en los tímpanos, y la turbia prosperidad de estar abrazado al poder.
***
Puedes comprar sólo un shampoo. Viajar es un pecado. Tu sueldo se llenó de agua. Un pollo es una cola de tres horas. Se apagan los centros comerciales. Más nunca salió tu periódico favorito. El repuesto de tu carro se convirtió en jamás. Panamá es una mala palabra. El dólar es oro en polvo. A las tres de la tarde toca  encerrarnos en la casa. ¿Más nunca seremos normales?
Se nos ha hecho imposible el verso de Walt Whitman: “Yo quiero hacer inseparables a las ciudades, cada una pasando su brazo alrededor del cuello de la otra”.
Hoy las plazas solo sirven para morir.
***
“Ya ni siquiera vamos a poder reírnos”. La frase la soltó alguien que se gana la vida sacándole carcajadas a la gente.
Emilio Lovera se presentó hace poco en el Teatro Susan Katz del FIU en Florida. El evento estuvo signado por la polémica. Muchos condenaron que se hiciera un show humorístico mientras en Venezuela tantos jóvenes arriesgaban su vida a la misma hora. Reírse resultaba casi una afrenta imperdonable. Ya, para el exiliado, estar afuera genera una fuerte dosis de culpa. Por otro lado, así como la gente come, se baña, evacúa y duerme, también necesita reírse. Algo de esa modesta apetencia humana fueron todos a buscar a ese sitio. Las ganancias, se advirtió, serían donadas a familiares de los caídos en Táchira y Carabobo.
En un fugaz tránsito por Miami decidí acercarme al evento. Los  protagonistas de la noche eran gente de mi afecto y respeto: Sergio Jablón, uno de los mejores libretistas que tuvo la Radio Rochela, estrenándose en lides de comediante con voz propia; ese portento de música y humor llamado César Muñoz; y, en rol estelar, Emilio Lovera. La crisis del país estuvo siempre sobre el escenario. Emilio, en un alarde de responsabilidad, estructuró su presentación bajo el cenital de la crisis. Cuando apareció en escena traía en sus palabras un rudo espejo de las miserias que empañan nuestro gentilicio. Fue implacable. Habló de nuestra astucia para burlar permanentemente las reglas de juego de la civilidad. De nuestra viveza sin pausa. De cómo hemos ido saboteando nuestra propia historia. A cada tanto, nos hundía la cara en una piscina llena de reclamos para luego levantarnos y aliviarnos con una bocanada de humor. La noche se convirtió en una urgente reflexión sobre por qué hemos terminado siendo este desatino descomunal. Dos horas de catarsis donde nadie le soltó la mano al país. Al contrario. Fuimos, esa noche, dolor y gentilicio.
***
Alguien me sugería que el tema de estas líneas debería ser lo que todo el mundo se pregunta: “¿En qué va a parar esta vaina?”. Hay una sensación consensuada. Estamos en el punto de quiebre. En la zona donde los materiales ceden y su consistencia es abolida. El caos tiene forma de jauría. Los radicales desfilan sus excesos. Los profetas van de fracaso en fracaso. Aún así, hay gente que los sigue, pues necesitan ser gaseados por la esperanza. Los analistas agotan la tinta de sus reflexiones. El apocalipsis es el dibujo con más seguidores. En la resurrección sólo insisten los optimistas.
La calle es un río revuelto y no hay líderes para tanta energía desatada. El país se desmorona mientras el presidente duerme. El país reclama. El presidente reprime, como molesto por haber sido despertado. El gobierno dispara. Disfrazado de civil, dispara. Disfrazado de ley, dispara. El país también dispara. Todo tan inquietante. Tan peligroso.
Buscando el país que merecemos hemos ido borrando nuestra vida cotidiana. Sólo queda descubrir cuánto abismo hay en el siguiente paso y cuánto futuro en el mapa final de esta incertidumbre.
Por ahora, solo espinas. Y su mucha sangre. Esa es la ruta momentánea. Pero es imperativo alzar la flor. Sin más torpezas.
“La idiotez es una conjura”, escribió Leopoldo María Panero, ese gran poeta que acaba de entrar en la muerte.

jueves, 13 de marzo de 2014

...Libertad


Deseo compartir contigo,un pensamiento que Dios puso en mi mente esta madrugada:


Hijo, si la dirección es correcta,si las cosas van bien,no olvides que tendrás dificultades,porque dentro de toda bendición,hay una transformación previa,hay personas o países que deben ser probados en su fe hacia mi;no hacia otras deidades porque Yo Soy,el mismo de siempre,desde Moisés hasta tus días, de manera que entiende,que no se turbe tu ánimo,mas bien fortalece tu fe,porque siempre te he demostrado de lo que soy capaz.De que manera le enseño a Venezuela que debe aprender? De que manera si siempre le he dejado libre dentro de toda la riqueza que le di, y siempre tomo el camino equivocado.

Estas turbado,lo se, eres mi hijo y te protejo dentro de todo ese caos que estas viviendo,puse tres frases en tu vida aun antes de que me abrieras la puerta de tu corazón hace 8 años, las has repetido en todos lados y te angustias porque los demás no las entienden, no las hacen suyas,no desmayes, continúa, si tu te frustras porque no te hacen caso, imagina lo que siento yo.Persevera. Aun falta mas,aun faltan muchas lagrimas,mucha sangre,mucha maldad, porque Venezuela, dejo entrar al demonio aun sabiendo que no era el camino.Entonces no soy yo el culpable de sus dolores,fueron libres y decidieron,ahora claman por mi presencia, y de cierto te digo nunca me he ido,YO NO JUEGO A LOS DADOS. 

Fortalece tu fe con la oración y la entrega a tus semejantes, el camino es el correcto,por eso hay sufrimiento,pero te aseguro, que no sera una carga que no puedan llevar vuestros hombros. 
                BESA TU SUELO,
ABRAZA TU BANDERA Y LLORA TU HIMNO.

sábado, 3 de agosto de 2013

Las actividades veraniegas pueden ser perjudiciales para la audición 



Navegar, las motos acuáticas, el motociclismo, la caza y el golf pueden producir pérdida de audición.

Con la llegada del verano se pueden realizar muchas actividades divertidas y apasionantes al aire libre. No obstante, muchas de estas actividades pueden ser demasiado ruidosas, llegando a dañar la capacidad auditiva y provocar una pérdida de audición. 

Algunas de las actividades veraniegas que pueden dañar la audición son:

  • Navegar: es una actividad ruidosa que produce un nivel de ruido de media de 80 dB. Es fundamental mantenerse alejado del motor y moderar la velocidad.
  • Motos acuáticas: el nivel de ruido que generan puede superar los 85 dB, y a máxima velocidad pueden rebasar los 105 dB. Se recomienda el uso de protectores auditivos.
  • Motociclismo: también es una actividad ruidosa, que alcanza niveles de más de 85 dB. El uso del casco es fundamental, tanto para la seguridad en general como para proteger la capacidad auditiva.
  • Cazar: es posiblemente la actividad más ruidosa, llegando a alcanzar niveles de hasta 140 dB al disparar. Los protectores auditivos son imprescindibles.
  • Jugar al golf: esta actividad puede llegar a producir pérdida de audición debido a los palos de titanio, o ‘drivers’, ya que estos  emiten un sonido muy fuerte al golpear la bola. Se recomienda el uso de tapones para los oídos.

Utilizar protectores para los oídos

El oído humano puede tolerar niveles de ruido de hasta 85 dB durante un periodo de tiempo determinado.

Los niveles de ruido que se producen en las actividades veraniegas mencionadas anteriormente oscilan entre 80 dB y 140 dB, si la exposición a estos ruidos es prolongada, pueden llegar a dañar la audición.

Cuanto más elevado es el nivel de ruido, el periodo de tiempo durante el cual el oído puede tolerarlo es menor.

Es aconsejable utilizar protecciones auditivas al realizar cualquiera actividad si el ruido supera los 85 dB.

ONDAS CEREBRALES Y AUDICION

Las ondas cerebrales afectan a la capacidad auditiva 



Nuestra capacidad de procesar los sonidos depende de nuestra actividad cerebral.

Las funciones del cuerpo humano se modifican cíclicamente con los ritmos medioambientales, como el día y la noche, y esto a su vez, regula nuestras percepciones y nuestra conducta. Del mismo modo, nuestra capacidad auditiva también cambia.

Molly Henry y Jonas Obles, investigadores del Instituto Max Planck en Alemania, han descubierto que nuestra capacidad auditiva depende de una coordinación exacta con los ritmos cerebrales.
De esta manera, nuestro cerebro, el sonido y nuestra conducta están estrechamente conectados, es decir, nuestra actividad cerebral influencia nuestra forma de escuchar.

Acoplamiento rítmico

El estudio indica que los ritmos del entorno, los ritmos del cerebro junto con nuestra conducta, se acoplan y se influencian entre sí.

El estudio afirma por tanto que el mundo está formado por fenómenos cíclicos que cambian durante el transcurso del día.

El cerebro escucha

Los investigadores alemanes estudiaron además el concepto “el cerebro escucha”, refiriéndose al modo en el que el ser humano procesa el habla y la música. Si el cerebro se acopla a los cambios melódicos, estará también más preparado para reconocer sonidos vocales fugaces pero importantes.

Las personas que participaron en el estudio tenían que identificar los intervalos silenciosos ocultos en una melodía.  Al mismo tiempo, los investigadores registraban  las señales cerebrales de los participantes.

En primer lugar, el estudio demostraba que el cerebro de todos los participantes se dejaba llevar por los lentos ritmos cíclicos de la melodía. En segundo lugar, la capacidad de los participantes de descubrir los intervalos de silencio ocultos en los cambios de melodía no era constante, por el contrario, oscilaba bajo el control del cerebro.

Actividad oscilatoria neuronal

La actividad oscilatoria del cerebro controla y regula nuestra capacidad de procesar la información que recibimos, esto se conoce como actividad oscilatoria neuronal.

Por tanto, todas las fluctuaciones acústicas que percibimos parecen determinar nuestra actividad cerebral. El cerebro utiliza las fluctuaciones rítmicas para estar mejor preparado y poder procesar la información entrante de importancia.

Los investigadores esperan poder utilizar la vinculación de la actividad cerebral con la acústica del entorno, como un nuevo método para estudiar los problemas de las personas con pérdida auditiva o tartamudez.

Fuente: http://www.laboratoryequipment.com

Alto grado de satisfacción de los usuarios de audífonos 

Cerca del 84 % de los usuarios de audífonos se sienten satisfechos con sus prótesis auditivas, según indica un estudio.



Según datos obtenidos en siete países, el  grado de satisfacción de los usuarios de audífonos varía de país en país.  En seis países europeos, el índice de complacencia oscilaba del 84% en Suiza al 70% en Italia. En general, ocho de cada diez usuarios se sienten satisfechos con sus audífonos, en mayor o menor medida.
El mismo estudio realizado en Japón muestra un panorama distinto. Tan solo el 36% de los encuestados estaba satisfecho con sus audífonos.
Una encuesta similar realizada en Estados Unidos en 2008 (MarkTrak VIII), indicaba un porcentaje de satisfacción  del 74%.

Antigüedad y tiempo de uso de los audífonos

Asimismo, la encuesta pone de manifiesto que cuanto más nuevos eran los audífonos y cuanto más horas al día se utilizaban, el grado de satisfacción era mayor.
El estudio se llevó a cabo en Italia, Reino Unido, Francia, Alemania, Suiza, Noruega y Japón en 2012.
Las cifras obtenidas  del estudio realizado por EuroTrak y JapanTrak se publicaron en la revista The Hearing Review, en marzo de 2013.

AUDÍFONOS Y VACACIONES

Si se depende de los audífonos, tan solo unos mínimos preparativos bastarán para poder disfrutar al máximo de unas buenas vacaciones.



Llega el verano, lo que suele implicar irse de vacaciones y viajar. Si se padece una pérdida de audición y además se usan audífonos, las vacaciones pueden convertirse en una pesadilla, si por ejemplo,  el audífono se rompe o se queda sin pilas.
No obstante, si se toman ciertas precauciones se podrá disfrutar plenamente de las vacaciones cuando se usan audífonos. Conviene tener en cuenta los cuatro siguientes consejos antes de irse de viaje:
  • Llevar siempre pilas, tubos y filtros de repuesto, un deshumidificador, pastillas deshumidificadoras y los productos de limpieza para el audífono.
  • Llevar pilas sin externar para el despertador vibrador, si lo utiliza.
  • Asegurarse de llevar el teléfono y la dirección de la clínica audioprotésica más cercana en destino.
  • Informar a la compañía de viaje y al hotel acerca de su situación.

Set básico

Es recomendable llevar un set básico de mantenimiento y limpieza del audífono al irse de vacaciones.
Un set básico es un kit de viaje que incluye un secador o soplador, toallitas limpiadoras antibacterianas, un deshumidificador y pastillas deshumidificadoras, pilas, tubos de ventilación y filtros de repuesto.
Las personas con implante coclear deberían ponerse en contacto con su audiólogo para que pueda orientarles de forma individualizada.

martes, 30 de julio de 2013

La Fé,es tan pequeña...pero cuán difícil es manejarla!!


El mundo de este siglo está viviendo una de las épocas más fecundas y prolíferas en los asuntos de la fe. Si la fe se tratara sólo de creer en algo o en alguien, casi pudiéramos decir que vivimos rodeados de una humanidad plena de 'creyentes'.
Son pocos los que dicen no creer en nada en lo absoluto. Todo el mundo cree en algo o en alguien. Hoy la mayoría de las personas entiende la fe simplemente como el acto de creer (no importa en qué o en quién). El síndrome de creer en alguien o en cualquier cosa, por pueril y absurda que parezca, es una muestra del desenfreno y la perversidad de un mundo y una época que prefiere confiar en cualquier cosa menos en el inventor de la verdadera fe, Jesucristo, nuestro Señor.
Haga la prueba. Salga a la calle y pregúntele a cualquiera. – ¿Usted tiene fe? - Se sorprenderá de que la inmensa mayoría le responderá afirmativamente; algunos le ripostarán la pregunta y dirán – Bueno, depende de lo que Ud. llama fe. Yo creo en lo mío, yo tengo mi fe - . Otro grupo exclamará.- ¡Si yo voy a la iglesia y hasta tengo una biblia en casa! Las respuestas pueden ser variadas, pero muy pocos responderán: -¡Sí, yo tengo fe en Jesucristo, quien murió en la cruz para que hoy tenga salvación!-
Cualquiera puede ser un creyente si comprende la fe de manera intelectual y dice “yo creo en Dios”. Pero hay una fe que trasciende las creencias y los credos y se centra en la confianza y la convicción en el poder de Dios. Esa es la fe que se requiere para ser salvos, por eso es fe salvadora. La fe salvadora está basada en el sacrificio de la cruz. Creer por creer no trae salvación. La Biblia dice que hasta el maligno cree en Dios: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen y tiemblan” (Santiago 2:19).
La fe es don de Dios (Efesios 2:8), la fe salvadora. Es el Espíritu Santo quien hace la obra en el corazón del cristiano y le convence del poder sobrenatural de Dios para llevar una vida de fe que lo capacite para el crecimiento. Es el Espíritu Santo quien hace crecer la fe en cada uno de nosotros. Sin fe no sólo es imposible agradar a Dios, sino que sería inimaginable comprender la voluntad y los propósitos de Dios para nuestra vida con una certeza que exceda los límites de la razón. Sin fe no hay salvación posible, pues es la fe el medio que Dios ha utilizado y utiliza para que nos acerquemos a Él y le conozcamos cada día más y le amemos. La fe obra el amor que proviene de la más profunda intimidad con Cristo. Por eso es importante crecer en la fe. La Palabra de Dios es fundamento de la fe salvadora; oírla, estudiarla, examinarla y meditarla producirán un desbordamiento sobrenatural en la fe del cristiano. “La fe viene por el oír; y el oír, por la palabra de Dios” (Ro. 10:17). La oración sincera y constante delante del Señor, provocará una inmensa necesidad y empeño de continuar creciendo en la fe.
La fe de Abraham en Dios le movió a irse de su tierra y de sus parientes hacia un lugar desconocido renunciando a todo. Su confianza y convicción en el Dios creador permitieron que Abraham se apropiara de la promesa, pero su justificación le vino por su fe, porque creyó en Él. “Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único” (Heb 11.17).
La oración del profeta Habacuc (Hab 3. 17-19) es un hermoso himno a la fe y a la confianza en Dios. Habacuc sabía que los caldeos traerían dolor y calamidades a su tierra, sin embargo, exclamaría en el versículo 18 “Con todo -(es decir, pase lo que pase)- yo me alegraré en el Señor, me regocijaré en el Dios de mi salvación”. Eso es fe en acción. Fe de que sólo Dios es proveedor, no importa cuáles sean las devastadoras consecuencias de cualquier evento en nuestra vida.
A raíz del reciente accidente del tren en Galicia, escuché en las noticias a una lugareña que había perdido todo, exclamar con profunda tristeza y lágrimas en sus ojos: -Sé que Dios está en el control de todo y que Él proveerá-. Eso es fe en acción. Estoy seguro que Dios derramará un caudal inmenso de bendiciones a quienes piensen y actúen en fe como esta mujer. Esa fe es convicción y confianza en el poder de Jesús para restaurar el alma y volver a componer lo que se había perdido. Recordemos aquellas palabras de Job al exclamar “¡Yo sé que mi redentor vive y al fin se levantará sobre el polvo!” (Job 19.25). Esto es adoración genuina. La fe es también un acto de adoración.
La fe moviliza a Dios a bendecir a los que confían en su amor y su misericordia y derrumba los muros de la autosuficiencia del ser humano y aun del creyente.
¿Crecemos en la fe? Por supuesto que sí. Si la fe es la provisión del Dios altísimo para que conozcamos íntima y personalmente a nuestro Señor Jesucristo, mientras más nos acercamos a Él y experimentamos su voluntad, nuestra fe se irá fortaleciendo, se convertirá en nuestro escudo (Efesios 6:16) para librar gloriosas batallas en Su nombre por el Evangelio que nos ha sido dado como manifestación de la gracia de Dios. La fe es una manifestación sobrenatural de la gracia en la vida cristiana que sólo es dada a los que han creído en el Dios de Abraham, Habacuc, Daniel y Job y en la revelación divina en su hijo Jesucristo, nuestro Redentor; autor, proveedor y sustentador de la fe (He 12:2)
El Apóstol Pablo nos invita a buscar en nuestros corazones la verdadera condición de nuestra fe y nos recuerda – muchas veces lo olvidamos- que Cristo está en nosotros: “Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos. ¿No se dan cuenta de que Cristo Jesús está en ustedes? ¡A menos que fracasen en la prueba!” (2 Cor 13.5)
Al hombre y la mujer de fe todo les es posible. ¡Cuanto más si nos proponemos, con la ayuda del Espíritu a crecer más y más en la fe en Cristo!
¡Dios te bendiga!

Me perdonas? Te perdono? Perdonamos?


¡Te perdono, pero no voy a olvidar la ofensa! Así es. ¡Qué misterio más grande el de esta conducta humana! Perdonamos (aparentemente), pero queda clavada esa espinita malsana del resentimiento y la amargura y decidimos voluntariamente no olvidar, dejar guardado en algún rinconcito del corazón el insulto, el supuesto ultraje que conmovió la estima, el honor, la vergüenza...el testimonio cristiano. No, no lo podré olvidar. Y así pasa el tiempo y la arrogancia y el orgullo se enseñorean del alma y dan paso a la soberbia, a la ira, en fin, al pecado.-No, no puedo siquiera escuchar ese nombre, ni soportar su presencia, me exaspera oír su voz, lo perdoné, pero me resulta muy difícil soportarlo-.Situaciones como estas y expresiones similares dentro del pueblo de Dios, no son muy extrañas, aunque parezca mentira.
La pregunta es ¿es eso perdón? La Biblia dice que no. “Así también mi Padre celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno perdone de corazón a su hermano”(Mt 18.35). Mientras continúes construyendo un “altar de santos que no son de tu devoción”, en tu iglesia o fuera de ella, la sombra del descontento te robará el gozo y te perseguirá hasta que no te sometas bajo la autoridad de Dios y te humilles ante Él,permitiendo que su voluntad sea la que gobierne las circunstancias. Sólo entonces brotará el verdadero perdón del corazón y Su paz volverá a reinar.
Todas las causas de nuestros problemas con nuestros hermanos de la fe y con las personas que nos rodean son fruto de nuestras luchas internas, de las frustraciones personales, de nuestras rebeldías, de las pasiones carnales y los sentimientos humanos más profundos que se alían al pecado. Cuando el cristiano comienza a juguetear con el mundo buscando justificar su razonamiento humano y desecha la sabiduría de Dios, evade la opinión siempre racional y amorosa de nuestro propio creador. Somos reticentes a humillarnos porque no hemos entendido que la única autoridad y soberanía proviene de Dios, que su plan es mucho mejor que el nuestro y que Él siempre tiene el control de lo que sucede en toda su creación.
Cuando no nos sometemos a la autoridad de Dios el primer pecado que se arrima es el orgullo, la autosuficiencia. Éste jamás nos va a permitir que cedamos espacio a su voluntad, sino a la nuestra.Como consecuencia vendrán las insatisfacciones, el descontento; asomará su rostro la codicia, la envidia, el malestar y el obrar “a mi manera”. El mundo está en guerra contra Dios. Si creyendo que desde la perspectiva cristiana podemos danzar al compás de la música que nos dictan los gustos y las preferencias del mundo, nos equivocamos, y lo más triste, nos enemistamos con Dios.El apóstol Santiago lo remarca de manera clara: “¡Oh gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios” (Stg 4.4).Adúltero es sinónimo de infidelidad, de corrupción.
La buena noticia es que Cristo nos ayuda a crecer a pesar de estas torpezas; sólo tenemos que humillarnos.Humillarse es dejar que Él tome el control, abandonar los ánimos de contención en oración sincera y permitir que su gracia inunde todos los recodos que el enemigo ha tratado de tomar por nuestra debilidad humana.Si Cristo se humilló a sí mismo y se hizo obediente (Flp 2.8), Él nos dará fuerza y poder para que nos humillemos ante Él cuando el pecado del orgullo intente abatirnos. Una mejor noticia de parte de Dios:“Humíllense delante del Señor, y él los exaltará”(Stg 4:10).
Cuando nos humillamos delante de Cristo nos acercamos más a Él, es la manera más adecuada y espiritual de acatar su autoridad y señorío sobre nuestras vidas. Es lo natural, ya que el cristiano que intenta vivir por su cuenta se va a estrellar siempre frente a la verdad de la Palabra que nos exhorta a ser obedientes. Dejar que Dios controle nuestras vidas es, indiscutiblemente, lo mejor. Permitir que Él intervenga en la solución de los conflictos y problemas cotidianos, nos va a librar de muchos más tropiezos de lo que pensamos. Y si se trata de pleitos y peleas con hermanos, - dando por sentado de antemano que nada de esto tiene sentido en la vida cristiana - aun teniendo la razón en el asunto, el consejo del Señor es inmejorable:“No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos” (Flp 2:3).
La humildad es una virtud y el Señor anhela que le imitemos también en ello sea cual fuera la circunstancia. Él…da gracia a los humildes(Pr 3:34b) y esel ejemplo de humildad que todos sus hijos debieran seguir.“…aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma” (Mt 11:29).
¡Dios te bendiga!

lunes, 8 de abril de 2013

NO. NO ME LLAMES "CAMARADA"


No, no me llames “camarada” porque vivo en una tierra que me la han cambiado de la noche a la mañana. No quiero que me llames “camarada” porque no quiero seguir tragándome el grito:”YA BASTA”,cada vez que te veo en los pasillos de mi trabajo.No deseo que me llames “camarada” porque me huele a traición y a apartado, me duele que uses esa palabra para marcar limites a nuestro amor por un país, que nos necesita a todos y con esa palabra absurda te apartas de mi como amigo porque no acepto esta locura. No me llames “camarada” porque crees que pienso como tú, que no has podido darte cuenta que te han robado el país y los sueños. No me llames “camarada” ,no me critiques como pienso, más bien sentémonos como venezolanos que somos, a tomar un café y aclararnos el alboroto de electrones que tenemos en el cerebro, y ponerles un orden lógico y verdadero
.No me llames camarada porque juntos sufrimos la misma escasez, el mismo susto en las noches, no eres diferente a mí, eres mi hermano, y aunque nunca jugamos juntos a las metras, se que también fuiste niño como yo y tuvimos un gran sueño, ver un país de oportunidades, un país donde crece una pepa de mango en cada arenal, un país que preña sus aguas de peces y nos entrega hermosos atardeceres. No me llames “camarada” porque tengo nauseas de tanta intoxicación, he contenido por 14 años el vomito de la indiferencia, me he tenido que tragar que mi propiedad este en peligro, me he atragantado con la indecencia de los jefes que los he visto enriquecerse en nombre de otro camarada. No, no me llames “camarada” porque me intoxico y ya la loratadina de mis oraciones no es suficiente para aplacar el escozor que me provoca tanta mediocridad junta.
No me llames “camarada”, porque tu sabes que esa palabra es mentira, tú no eres camarada de nadie porque no conoces el significado de la palabra “venezolano”, yo si la conozco porque mi padre me enseño que mi bandera tiene 7 estrellas, que un corcel blanco arranca raudo y libre hacia el lado derecho, y pienso, en la locura en que estamos tu y yo viviendo, porque alguien que ya no esta, se le ocurrió en un ataque de cólicos nocturnos, que nuestros símbolos patrios nos dividirían, por eso amigo mío, no me llames “camarada”, porque tú sabes que es mentira, que eso nos aparta pero que en la práctica diaria nos aplasta el mercado de la familia, la farmacia de madrugada, el recibo de la luz o del cable, tu no escapas hermano a la realidad absurda de quienes nos han usado para su provecho. Hoy tu no estás mejor que hace 10 años, ni yo tampoco,.
No me llames “camarada”, hermano mio porque escribiendo estas notas recurro a Facundo Cabral, muerto por una bala del destino que decía:”  Traemos el mismo grito, el mismo cansancio, 
Viejo que viene arrastrando el hombre desde 
El fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras 
Antes que vinieran ellos, los que dividen y matan, 
Los que roban, los que mienten, 
Los que venden nuestros sueños, ellos son 
Los que inventaron esta palabra… extranjero".
Y así me haces sentir cuando me la dices porque decirlo, sabe olvido y a destierro, el domingo decidiremos un país, si nos quedamos o nos vamos, o si construimos un muro que nos divida porque así no podemos vivir en el mismo suelo, y si después me das las gracias, te diré: ..por nada, hermano, y por favor no me llames “camarada”